
Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) se han consolidado como una respuesta efectiva del pueblo venezolano frente al bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos (EE.UU.) y sus aliados. Fueron creados en el año 2016 como una medida para garantizar la seguridad alimentaria en medio de la escasez de rubros, inducida por las acciones injerencistas del gobierno estadounidense, y han evolucionado hasta convertirse en un sistema de producción que refuerza la soberanía del país en materia alimentaria.
Dentro de lo que constituyen las políticas públicas, los CLAP se iniciaron con una distribución de víveres que dependía, en medida preponderante, de la importación de alimentos. Actualmente, la realidad es otra.
Gracias al esfuerzo conjunto del Gobierno Bolivariano y las comunidades organizadas –el también llamado el Poder Popular – más de 90 % de los rubros que distribuye este programa son ahora de producción nacional.
Esto da cuenta no solo de la acertada política antibloqueo del Estado, sino también de la capacidad de resistencia y organización que ha tenido el pueblo frente a una de las situaciones más adversas que le ha tocado enfrentar como nación.
Venezuela se incluye en una deplorable lista de 30 países que son víctimas de medidas coercitivas unilaterales (MCU), como parte de una guerra multiforme cuyo objetivo es forzar un cambio de gobierno en el país, para instaurar un régimen que responda a los intereses imperiales.
De respuesta coyuntural a modelo productivo
Julimar Martínez, directora territorial de Alimentación del estado Miranda, explica que los CLAP son un “gran equipo de trabajo que se constituyen desde las comunidades y son los que permiten de la distribución de los rubros, a precios módicos, palmo a palmo y día a día” en las localidades de toda Venezuela.
En nueve años, los CLAP han demostrado su capacidad para adaptarse y superar los desafíos. Lo que comenzó como una respuesta a la crisis, se ha convertido en un modelo de producción y distribución que fortalece la economía local y garantiza el acceso a alimentos para millones de venezolanos.
“Hecho en la República Bolivariana de Venezuela” es el sello que identifica a los productos CLAP, un testimonio del esfuerzo y la capacidad productiva del pueblo venezolano.