La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aprobó con el voto mayoritario de los países miembros, el reconocimiento de las credenciales del Gobierno que lidera el presidente Nicolás Maduro Moros, como único representante legítimo de la República Bolivariana de Venezuela.
Así lo informó este lunes 06 de diciembre, el representante permanente de Venezuela ante la ONU en Nueva York, Samuel Moncada, quien destacó que este reconocimiento representa una victoria del Gobierno venezolano contra las agresiones coloniales de los Estados Unidos y su plan de “gobierno paralelo”.
1.Hoy la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó reconocer las credenciales del gobierno del Presidente Nicolás Maduro como representante legítimo de la Republica Bolivariana de Venezuela. Una victoria del pueblo soberano contra las agresiones coloniales de EEUU pic.twitter.com/vF47GRwGYW
— Samuel Moncada (@SMoncada_VEN) December 6, 2021
El diplomático indicó que tan solo 16 países de los 193 que integran la ONU, se negaron el lunes a reconocer al presidente Maduro.
Tras la reelección del presidente Nicolás Maduro en 2018, algunos países en apego a las directrices del gobierno de los Estados Unidos resolvieron desconocer al primer mandatario nacional. En su lugar, algunos gobiernos respaldaron a un exdiputado, quien en enero de 2019 se autoproclamó Presidente encargado, en una plaza pública del este de Caracas. La figura de presidente interino no existe en la Constitución ni el ordenamiento jurídico venezolano.
La estrategia desestabilizadora promovida por Washington, carente de algún aval constitucional, registra su respaldo más bajo en el seno de las Naciones Unidas, lo que representa, en palabras del embajador Samuel Moncada, “una victoria del derecho internacional y de la autodeterminación de los pueblos”.
Con este reconocimiento, Venezuela logra alcanzar el respeto a la soberanía nacional, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, a la integridad territorial y a la no injerencia en asuntos internos, así como a la obligación de no amenazar la paz y la seguridad