
El 16 de junio de este año, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, con una mayoría de 116 votos a favor, establecer el 4 de diciembre de cada año como Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales.
La propuesta, que fue presentada por Venezuela, contó con el respaldo de los Estados miembros del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas. Con esta declaración, se busca avanzar la campaña mundial para generar conciencia sobre el carácter ilegal y el impacto destructivo de estas acciones sobre los derechos humanos, la economía y el desarrollo de las naciones.
Previo a la aprobación de la propuesta, se efectuó un debate en la Asamblea General, en el cual un nutrido grupo de países exigió la “eliminación de las medidas económicas coercitivas unilaterales extraterritoriales, utilizadas como instrumento de coacción política y económica”.
Ilegales y genocidas
El objetivo de esta fecha es visibilizar y denunciar el uso creciente de sanciones unilaterales, sean estas económicas, financieras o comerciales o de otro tipo, que no cuentan con respaldo del marco multilateral internacional y que imponen obligaciones a un Estado sin la aprobación colectiva.
Estas medidas pueden adoptar formas variadas, como embargos comerciales, congelación o decomiso de activos, prohibiciones de viaje, restricciones a inversiones, limitaciones al comercio, entre otras.
Las sanciones unilaterales traen consigo graves consecuencias humanitarias, pues afectan el ámbitos como la salud, la alimentación, la vivienda, la educación y el desarrollo socioeconómico, lo que vulnera derechos humanos fundamentales.
Venezuela en lucha contra la guerra multiforme
Las 1044 medidas coercitivas unilaterales impuestas a Venezuela son parte del arsenal de la guerra multiforme que se lleva a cabo en contra del país. Actualmente, además de la amenazas de agresión armada por parte de Estados Unidos, Venezuela es víctima de acciones como el robo de sus empresas en el exterior —como la “venta forzosa” de Citgo—, la retención de recursos en bancos extranjeros, el incesante ataque mediático y la guerra cognitiva.
Se trata del enfrentamiento entre la doctrina Monroe y la visión de Bolívar, dos formas opuestas de entender los destinos del continente.
En el marco de su Diplomacia Bolivariana de Paz, Venezuela sigue posicionando en la agenda internacional el debate sobre el impacto negativo de las MCU, de manera especial sobre el pleno goce y disfrute de los derechos humanos, el desarrollo y la dignidad de los pueblos, al tiempo que promueve acciones colectivas de conciencia global para enfrentar este problema.
Sirva esta fecha no solo para denunciar el crimen que significan las sanciones, sino también para demandar su cese inmediato y promover alternativas que prioricen a los pueblos sobre los intereses geopolíticos y de dominación.

