
El viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo, expresó este miércoles que “la mejor ayuda humanitaria que puede recibir un país es que ningún otro Estado abuse de su poder para bloquearlo o sancionarlo de manera unilateral y coercitiva, como se ha hecho con Venezuela desde Estados Unidos y sus aliados”.
En la sede de la Contraloría General de la República, Castillo encabezó un conversatorio dirigido al personal directivo de esta institución, para sensibilizarlo en torno al daño que han ocasionado las medidas coercitivas unilaterales (MCU) y difundir la historia de la resistencia del pueblo ante la agresión multiforme.
Recordó que la oposición extremista avaló que la Agencia de Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), ofreciera a los venezolanos migrantes una ayuda humanitaria que nunca llegó y cuyos recursos fueron malversados y utilizados contra la democracia y la soberanía de Venezuela.
“La mejor ayuda humanitaria que usted le puede dar a un país es no bloquearlo, es no robarle su dinero, es no quitarle sus empresas (…). Si usted no le bloquea el petróleo, si usted no le quita sus activos, si usted no le quita sus empresas, ese país hará sus políticas económicas –buenas, malas, acertadas–, pero tendrá recursos para funcionar como funciona la gran mayoría de países del mundo. Pero imponen el bloqueo y después justifican la entrega de migajas que, por cierto, tampoco llegan, para ayudar a esos pobres países”, sostuvo durante la actividad denominada ‘Antibloqueo y la Coyuntura en el año 2025’.
Daños generados
Castillo destacó que sobre Venezuela pesan 1.027 MCU y que la nación es víctima de un asedio económico desde el año 2014, cuando les fueron dictadas las primeras medidas sancionatorias. “En estos 10 años, han sido aprobadas tres leyes en el Congreso de EE.UU. y 7 decretos u órdenes ejecutivas contra Venezuela”, precisó en referencia a las acciones injerencistas contra el Gobierno Bolivariano, que buscan generar su declive.
Asimismo, puntualizó que Venezuela es objeto de sanciones por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés), por el Departamento de Estado, por el Departamento de Justicia, por el Departamento de Comercio y por el Departamento de Aviación. Todas ellas son parte de la historia que se registra y documenta en el Observatorio Venezolano Antibloqueo, del cual el viceministro Castillo es gerente general.
Historia de crecimiento
William Castillo aseveró que, por sobre la feroz política imperialista de EE.UU. y del daño que busca infligir a la nación venezolana, se ha impuesto la actitud firme y resiliente del pueblo venezolano, que lleva 10 años bajo coerción, amenazas, agresiones a su economía, sistema político, autoridades, Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y toda la institucionalidad pública.
“Cuando evidenciamos esta mejora de nuestra economía, este crecimiento económico, este repunte de la producción, esta paz social, paz económica y paz política, vemos que es el resultado de la resistencia de un liderazgo nacional, de un Estado, de sus instituciones. Y también de su población, de todos los sectores, de todos los trabajadores del sector público, del sector privado, empresarios, líderes políticos, comunidades, que de alguna manera han tomado medidas y han podido resistir este proceso de agresión”, indicó para exaltar las victorias que suma Venezuela frente a la guerra económica.
Dijo que “nadie puede ocultar que las sanciones devastaron la economía, ese es un hecho real. Los impactos, la inflación, la pérdida del valor de la moneda, la reducción del salario, la pérdida del sistema de prestaciones, la devastación económica que sufrió este país producto de estas medidas, no tiene, digamos, comparación en nuestra historia”.
Finalizó expresando que, sin embargo, gracias al esfuerzo colectivo y en unión nacional, Venezuela ha retomado, con músculo propio, la senda de la estabilidad y el crecimiento económico.