El presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Gustavo Valecillos, admitió lo que, a su juicio, son reales repercusiones negativas del bloqueo contra el sector que lidera.
En una reciente entrevista, Valecillos afirmó que “indudablemente, las sanciones interfieren en nuestras operaciones comerciales”.
El alto representante del gremio comercial y empresarial aludió al fenómeno denominado “sobrecumplimiento”, un proceso derivado de las excesivas medidas coercitivas contra un Estado, al punto de que las empresas y gobiernos deciden no realizar tratos con entidades públicas y privadas del país sancionado, o los realizan de manera limitada, aunque dichos convenios ocurran fuera del canon estricto de las medidas coercitivas que han sido impuestas a Venezuela.
“Hemos sido víctimas de ellas”, ha dicho Valecillos, quien agregó que “muchos proveedores que teníamos dejaron de serlo por miedo”.
Indicó que su gremio recibe “reportes de exportadores que dicen que hacer un pago a un proveedor en el exterior es complicado y a veces no quieren recibir algunos pagos en sus cuentas personales por temor”.
Daño contra todo el país
Valecillos dijo, en referencia a las medidas coercitivas unilaterales, que “no nos corresponde a nosotros decidir, pero sí creemos que podrían ser revisadas”.
Es importante señalar que Consecomercio ha sido históricamente un gremio empresarial que ha mantenido posturas claramente antagónicas al proceso bolivariano.
Pero desde 2017, cuando las medidas repuntaron por gestiones de la administración de Donald Trump, María Carolina Uzcátegui, entonces presidenta del gremio, manifestó sus “preocupaciones” sobre el impacto que las medidas tendrían sobre la disponibilidad de divisas, y agregó que estas decisiones “afectaban a todos los venezolanos”.
Tanto las declaraciones de Uzcátegui como las que ahora expresa Valecillos son, curiosamente, frases poco relevantes para medios venezolanos y extranjeros, caso muy distinto a cuando Consecomercio emite alguna apreciación catastrófica sobre la economía venezolana.
En todo caso, es evidente que algunos voceros de gremios empresariales venezolanos cuentan con una posición pragmática con respecto al bloqueo, lo cual les hace deslindarse en cierta medida de otras vocerías.
Sanciones y desempeño económico nacional
Además de las restricciones comerciales con las que lidian las empresas venezolanas, la caída de ingresos del Estado venezolano también se ha “colateralizado” en la disminución de las contrataciones del Gobierno venezolano en obras, bienes y servicios que han sido ofrecidos por empresas privadas.
El Estado ejecuta políticas que priorizan la compra a empresas venezolanas mediante el Sistema Centralizado y Estandarizado de Compras Públicas, un incentivo que durante años se tradujo en beneficios para estas entidades.
Aunque el sector privado venezolano ha tenido un rol en la crisis generada por el bloqueo, y ha seguido creciendo, sus ganancias podrían ser mucho menores que en otros tiempos de bonanza o, más bien, en épocas de una economía venezolana sin bloqueo.
Con información de Misión Verdad