En un diálogo mantenido en el podcast del medio digital Venezuela News, el viceministro de Políticas Antibloqueo y gerente general del Observatorio Venezolano Antibloqueo, William Castillo, explicó lo que caracteriza como “la absurda lógica de las sanciones y licencias”, al referirse a la reciente derogación por parte de la administración de Estados Unidos de la Licencia 44, que desde octubre pasado y hasta el 18 de abril de este año permitió a las empresas petroleras y gasíferas internacionales comerciar con Pdvsa y efectuar inversiones en diferentes áreas de los sectores petrolero y gasístico venezolanos.
El viceministro señaló que el mecanismo de sanciones unilaterales, que incluye la emisión de licencias, “es una lógica algo absurda, un despropósito, porque países poderosos, o bloques de países poderosos como Estados Unidos (EE.UU.) o la Unión Europea (UE) se abrogan el derecho de bloquear una economía –hecho que a todas luces viola el derecho internacional– y de impedir el comercio exterior para después decirle al país bloqueado: “Te voy a dar unos permisos, porque yo actúo de buena fe”.
Recordó Castillo que, en octubre del pasado año, producto del diálogo simultáneo efectuado en México (que derivó en el denominado Acuerdo de Barbados) y del diálogo directo entre los gobiernos de Venezuela y EE. UU. celebrado en Catar y dirigido al levantamiento progresivo de las sanciones, fueron emitidas cuatro licencias.
“De esos permisos temporales condicionados, el más importante fue la denominada Licencia 44, por tratarse de una licencia general que permite a cualquier empresa del mundo –o lo permitía hasta el 18 de abril– mantener tratos comerciales con Pdvsa e invertir en proyectos de exploración, producción y exportación del petróleo venezolano utilizando, incluso, los canales financieros del país, como el Banco Central de Venezuela y el Banco de Venezuela”.
Chantaje inmediato
El viceministro de Políticas Antibloqueo relató que ese permiso “con una duración de seis meses y que es, a todas luces, ilegal en el marco del derecho internacional porque las sanciones son ilegales”, acrecentó el interés de muchas empresas interesadas en colocar capitales en el sector energético venezolano, dentro de un contexto de guerra y de tensiones globales.
Pero explica seguidamente que, a pocos días de emitida la licencia, “EE. UU. inició un juego de declaraciones sobre la base de que, si sus candidatos y sus operadores políticos en Venezuela no eran avalados para participar en el proceso eleccionario previsto para 2024, revisarían la vigencia de ese permiso”, lo que equipara a un chantaje iniciado de forma casi inmediata a la emisión de la licencia.
Aclara Castillo que esa estrategia de declaraciones “fue escalando a partir de enero de este año. Al aproximarse la fecha del 18 de abril y no ver satisfechas sus demandas, es decir, sus aspiraciones de intervenir abiertamente en el proceso electoral presidencial –porque hay que decirlo, EE. UU. es la verdadera oposición en Venezuela–, al no ver satisfechas sus exigencias, que no estaban establecidas en el Acuerdo de Barbados, pues dentro de lo convenido no había una línea que indicara eso, Washington procedió a derogar la licencia”.
El impacto real
En opinión del gerente general del Observatorio Venezolano Antibloqueo, el impacto de esta medida será contrarrestado por el firme y sostenido proceso de recuperación económica que viene experimentando el país.
“Evidentemente, la medida introduce una cierta ralentización del proceso de recuperación de la economía. Sin duda, la intención es reeditar el ambiente negativo respecto a Venezuela. La diferencia es que no estamos en 2017. Hoy en día, la economía venezolana exhibe un conjunto de fortalezas y de opciones. Por ello, si bien recocemos que la suspensión de la licencia va a tener algún impacto, creemos que no va a afectar el camino de crecimiento económico que viene transitando la nación”.
Aseveró Castillo que “las empresas petroleras de todo el mundo quieren trabajar con Venezuela, porque para ellas hacerlo representa un muy buen negocio”.
Gesto político de Washington
“Con la revocación de esta licencia, EE. UU. cumple con un gesto político que necesitaba, por estar inmerso en una campaña electoral presidencial. Pero a la vez manda una señal de tranquilidad a los inversionistas en cuanto a la protección de sus inversiones y a la continuidad de sus negocios en Venezuela”, dijo el viceministro.
Destacó, además, que Venezuela ha consolidado importantes asociaciones con socios estratégicos como China, Rusia, Irán, Turquía, entre otros, “y se van mantener”.
El silencio de la derecha
La ilegalidad y el atropello representado por las sanciones es descrito por Castillo en los siguientes términos: “Estados Unidos se abroga la facultad de administrar la riqueza petrolera venezolana bloqueando el comercio y decidiendo con quién y en qué condiciones puede comerciar Venezuela”.
En ese orden de ideas, criticó la postura de candidatos de derecha opositores, algunos de los cuales no solo no se han pronunciado con relación a este intento de seguir asfixiando a la economía venezolana, sino que además han avalado en estos años las sanciones y participado en el saqueo de bienes y activos de la nación.
El viceministro Castillo enfatizó que “el único camino que tiene por delante el país es el que ha dictado el presidente Maduro: vamos hacia adelante, vamos a crecer con o sin sanciones”.
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