
De acuerdo con el informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) correspondiente a marzo, la industria petrolera venezolana sigue mostrando una destacada eficiencia en un entorno global adverso. En febrero pasado, la producción diaria de crudo en Venezuela alcanzó 1.025.000 barriles por día, manteniendo los niveles registrados en el mes anterior.
El promedio anual de 2025 sigue evidenciando un sólido repunte. En los dos primeros meses de 2025, la producción promedio se ubicó en 1.028.000 barriles por jornada, lo que representa un incremento del 16,4 % frente al promedio del mismo período de 2024.
Estabilidad de precios
En cuanto al precio del crudo Merey, el informe muestra una ligera disminución del 2,8 %, pasando de 66,86 USD por barril en enero a 64,96 USD en febrero de 2025. No obstante, esta reducción es mínima, ya que el precio se mantiene estable por encima de los 60 dólares el barril.
Asimismo, el promedio anual del precio del crudo Merey en 2025 reflejó un leve descenso -1,2 %-durante los dos primeros meses de este año, al compararlo con igual período de 2024.
Recuperación sanciones y licencias
El pasado 6 de marzo, Donald Trump revocó el permiso que permitía a la empresa estadounidense Chevron operar en Venezuela. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro se sustituyó la licencia 41 por la 41A, dándole a Chevron un plazo de 30 días para el cierre total de sus actividades en suelo venezolano.
En respuesta a las medidas adoptadas por la administración Trump, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el Plan de Independencia Productiva Absoluta, que comenzará por el Motor Hidrocarburos, a través de la fórmula de la Producción, Abastecimiento y Exportación (PAE).
Venezuela ha afianzado su posición estratégica en el ámbito energético global, sustentada en políticas nacionales que buscan optimizar la eficiencia operativa y asegurar la estabilidad de su industria petrolera, más allá de medidas extorsivas que obstruyan el desenvolvimiento pleno de su aparato productivo.
Con una perspectiva orientada al futuro, Venezuela consolida su reputación como proveedor confiable en la industria petrolera y se compromete a fortalecer continuamente su capacidad productiva, en un entorno que, aunque presenta desafíos, también ofrece oportunidades reales para el crecimiento y la recuperación económica.