
El artículo tiene como objetivo presentar el impacto del gran cambio geoestratégico del siglo XXI sobre los órdenes regionales territoriales dentro de la Gran Eurasia, centrando la atención a la interacción entre las grandes potencias regionales y extrarregionales en Asia Central, el Cáucaso y el Medio Oriente. La crisis financiera internacional de 2008/2009 y el dinamismo de las potencias emergentes han facilitado la traslación de la centralidad geopolítica del espacio atlántico hacia la Gran Eurasia, con ramificaciones en los principales mecanismos globales de dominación y asignación de recursos. En los últimos quince años, la hegemonía de los Estados Unidos ha sufrido un deterioro progresivo a nivel global en el plano militar y económico, al mismo tiempo que China se proyecta como el gran competidor estratégico en el siglo XXI, y Rusia contrapone con políticas asertivas la extensión del bloque atlantista en su zona de influencia. Tres preguntas proporcionan una guía para comprender el nuevo escenario en la Gran Eurasia: ¿Cuál será el rol de China en una Eurasia progresivamente sino-céntrica? ¿Cómo responderá la Federación Rusa ante este escenario? ¿La retirada hegemónica de EEUU fortalece la narrativa de un eje o, por el contrario, fomenta la competencia entre sus principales actores regional |