
El Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas expresó en un comunicado emitido este miércoles 19 de noviembre su profunda preocupación por la escalada de tensiones en el mar Caribe, producto del despliegue de recursos navales y aéreos de Estados Unidos en la región, el mayor desde la invasión estadounidense a Panamá en diciembre de 1989.
En el escrito, que fue divulgado por el canciller venezolano, Yván Gil, los países miembros del grupo señalan que estas acciones agresivas, unidas a los “ejercicios militares” en curso a pocos kilómetros de Venezuela, “representan una continua y provocadora escalada en la ya alarmante acumulación y en las maniobras hostiles del poderío militar estadounidense en América Latina y el Caribe”.
El comunicado resalta que la amenaza del uso de la fuerza está expresamente prohibida por el Artículo 2, Numeral 4 de la Carta de las Naciones Unidas.
“En este contexto, observamos que la combinación de un despliegue militar masivo, unido a amenazas explícitas y a la fabricación de pretextos legales, mediante mentiras y desinformación, crea un entorno de coerción e intimidación que, en sí mismo, se constituye tanto en una clara violación de la letra y el espíritu mismos de la Carta de las Naciones Unidas, como en una flagrante amenaza para la paz y la seguridad regionales e internacionales”, señala el comunicado.
El grupo denunció la reciente revelación de un memorando clasificado del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica, con el que se busca el cual forjar un pretexto legal para una agresión militar contra Venezuela, al definir falsamente al fentanilo como amenaza potencial de armas químicas.
“Esta cínica manipulación, diseñada para justificar el uso unilateral de la fuerza (…) es un eco descarnado y peligroso de las narrativas fabricadas que fueron utilizadas para justificar guerras de agresión pasadas, como las inexistentes armas de destrucción masiva en Iraq. El intento de imponer a Venezuela una narrativa de amenaza de armas químicas, de la que no existe prueba alguna, constituye una fabricación deliberada de un conflicto y una clara señal de intención hostil”, prosigue el documento.
Los Países Amigos de la Carta de la ONU expresan su condena a las amenazas de los más altos niveles del Gobierno estadounidense contra Venezuela, y reiteran su solidaridad con el pueblo y gobierno venezolanos. Igualmente, reivindican el derecho inalienable a decidir su propio sistema político, económico y social, libre de cualquier injerencia externa, subversión, coerción o amenaza de agresión militar.
Una acción urgente por la paz
Los países que integran el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU hacen un llamado a la Administración de Donald Trump para que:
- Desista de todas las acciones encubiertas y abiertas destinadas a desestabilizar y avanzar políticas de “cambio de régimen” en la República Bolivariana de Venezuela.
- Cese inmediatamente sus amenazas de uso de la fuerza y sus acciones hostiles, incluidos los continuos ataques aéreos contra pequeñas embarcaciones de pescadores, tanto en el Caribe como en el Pacífico, y que hasta la fecha han resultado en la ejecución extrajudicial de más de 80 civiles.
- Retire inmediatamente todos los activos militares amenazantes de las inmediaciones de la República Bolivariana de Venezuela y de la región del Caribe como un todo.
- Desista inmediatamente de fabricar falsos pretextos para un conflicto directo con la República Bolivariana de Venezuela, incluso a través del recurso a acusaciones falsas sobre la lucha contra la proliferación y el narcotráfico o a su participación en un supuesto “conflicto armado no internacional”.
- Reafirme públicamente su compromiso con los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, incluidas la igualdad soberana de los Estados y la no intervención en sus asuntos internos.
Asimismo, exhortan a la comunidad internacional a defender la Carta de la ONU y rechazar los intentos de justificar el uso o la amenaza del uso de la fuerza mediante pretextos, doctrinas anacrónicas o reivindicaciones de excepcionalísimo jurídico inexistente.
Por último, reiteran la necesidad de “actuar colectivamente para preservar América Latina y el Caribe como zona de paz y evitar otro conflicto basado en mentiras, como parte de las guerras sin fin de los Estados Unidos de Norteamérica”.

