Cuatro de cada 10 latinoamericanos enfrentaron inseguridad alimentaria en 2021, lo que representa un aumento de más de un punto porcentual en comparación con 2020, según un reciente informe publicado por cinco agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El representante de América Latina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Julio Berdegué, alertó que América Latina “ha perdido 20 años de lucha contra el hambre. Es un agravamiento de una condición que ya era desastrosa, lo que nos indica que la recuperación pospandemia no ha llegado a los hogares”.
De acuerdo con Berdegué, este retroceso viene desde 2015. “La mayor catástrofe vino de 2019 a 2020, pero volvemos a tener un leve empeoramiento este año, con casi 4 millones más de personas que pasaron hambre”, explicó.
Las estadísticas forman parte del informe titulado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, elaborado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este grupo de organismos advierte que unos 828 millones de personas fueron afectadas por el hambre a finales de 2021. Solo en América Latina y el Caribe, se concentra 7,4 % de total de personas en esa situación, mientras que más de la mitad vive en Asia y más de una tercera parte en África.
También se dispararon los índices de inseguridad alimentaria, que en 2021 llegó al 40,6 % de la población (268 millones de personas), un incremento de 1,1 puntos porcentuales con respecto al año 2020.
Pandemia, crisis climática y guerras
En el reporte se advierte que la pandemia del covid-19 tuvo efectos económicos que se reflejaron en la inflación de los precios de los alimentos. En 2020, la pandemia de covid-19 elevó la cantidad de personas en situación de hambre hasta los 52.3 millones, al tiempo que en 2021 llegó a 56.5 millones, cerca del 8,6 % de la población latinoamericana.
Además, sostienen las agencias de la ONU, el conflicto en Ucrania ha perturbado las cadenas de suministro y afectado en mayor medida los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía, el reporte prevé que el número de desnutridos en 2022 aumente en el mundo entre 7.6 y 13.1 millones de personas.
Por otra parte, el informe también alerta sobre los “fenómenos climáticos extremos más frecuentes y graves”, que terminan por perturbar las cadenas de suministro.
Para la región, en 2022, esto significa un aumento de entre 350.000 y 640.000 personas, según la gravedad que pueda o no adquirir el referido conflicto en lo adelante, el cual involucra a Rusia y Ucrania, grandes productores de trigo, maíz, aceites y fertilizantes, rubros cuyos costos se incrementan.
Fracaso de los ODS
Las agencias de Naciones Unidas concluyen que el mundo está “retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas”. Ello evidencia un fracaso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre cuyos 17 puntos se encontraba el poner fin a la inseguridad alimentaria para 2030.
Al tiempo que reconoce el contexto adverso a escala planetaria, el informe hace un llamado a los gobiernos a hacer más eficientes los presupuestos públicos, a fin de “reducir el costo de los alimentos nutritivos e incrementar la disponibilidad y la asequibilidad de las dietas saludables”.
MCU agravan el cuadro global
La imposición de sanciones económicas a 30 países constituye un factor de agravamiento y profundización de la crisis alimentaria mundial. Un reporte de la FAO publicado en abril pasado alertaba sobre el alza global en el precio de los alimentos, que registra en 2022 su nivel más alto desde 1990. Los incrementos se han intensificado particularmente en rubros como aceite vegetal, cereales, carnes, azúcar y productos lácteos.
Debido a la crisis por la situación en Ucrania y al impacto de las medidas coercitivas unilaterales aplicadas contra la Federación de Rusia, la cadena logística mundial del sector alimentario se ha visto duramente afectada, lo que se refleja en un alza de la inflación, con consecuencias negativas a escala global.
La Federación Rusa elevó un planteamiento a la FAO en abril de este año, que se plasmó en una propuesta de resolución orientada a instrumentar planes de mediano y largo plazos para abordar los impactos del conflicto europeo en la seguridad alimentaria del planeta.