El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, expresó en la inauguración del II Seminario Internacional “Implicaciones jurídicas de la Ley Helms-Burton en el ordenamiento jurídico estadounidense y su impacto a la Luz del Derecho Internacional”, que este instrumento representa una violación flagrante de las normas de convivencia entre las naciones y una inaceptable intromisión en los asuntos de un Estado soberano.
Rodríguez destacó que dicha ley persigue la destrucción de la libre autodeterminación del pueblo cubano, así como confiscar su independencia. “Está concebida deliberadamente para causar daño humanitario”.
Cuba ha manifestado que cinco presidentes estadounidenses han mantenido esa normativa, que restringe drásticamente las operaciones comerciales de la isla con empresas y ciudadanos estadounidenses.
Washington ha tratado de presentar a Cuba como un Estado fallido, para aislarlo, demonizarlo y aparentar que las medidas unilateralmente impuestas son necesarias. Rodríguez aseguró que “la Ley Helms-Burton no ha funcionado para derrocar al Gobierno cubano, ni para desestabilizar al país ni para revertir la Revolución cubana: ha funcionado para generar sufrimientos a la población en el orden económico”.
Precisó que la norma no solo modifica el conjunto de medidas coercitivas unilaterales que comprende el bloqueo con una amplitud extraordinaria, sino que además pretende internacionalizarlas y para ello intimida y coacciona a terceros.
Rodríguez recordó que en los momentos más críticos de la pandemia de covid-19, Estados Unidos recrudeció el cerco contra la isla, obstaculizando la entrada de insumos médicos a la mayor de las Antillas.
El canciller cubano aseguró que su país no desistirá en su lucha. “Es nuestro deber moral y jurídico reclamar la eliminación del bloqueo, lograr el cambio de la política opresiva hacia la isla y la derogación de la ley Helms-Burton”.
El seminario internacional contó con la participación de profesionales del derecho de Estados Unidos, España, Francia y Bélgica. La actividad busca demostrar los impactos perniciosos de la referida ley y las limitaciones que impone al desarrollo de mejores relaciones entre Cuba y el mundo.
Fuente: Prensa Latina