
El canciller de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, aseveró ante la 80ª Asamblea General de la Organización de las naciones Unidas (ONU), que la agresión sistemática contra su país constituye un “acto de genocidio” y una permanente violación de los derechos humanos del pueblo cubano.
El jefe de la diplomacia cubana denunció el carácter deliberado y prolongado de la agresión económica contra su país, cuyo objetivo ha sido históricamente truncar el proceso de autodeterminación y soberanía de la isla caribeña.
El pasado 26 de septiembre, Cuba llevó nuevamente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) la denuncia formal y categórica contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington. La Habana insiste en calificar esta política como un acto de genocidio, debido a su naturaleza deliberada y su impacto directo y continuo en la vida de las personas.
Rodríguez Parrilla enfatizó que el objetivo de las sanciones, mantenidas por más de seis décadas, es provocar el “desaliento, la desesperación y el hambre” entre la población, para generar un colapso social y el derrocamiento del gobierno. Cuba argumenta que esta política encaja en los incisos de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948, por estar concebida para causar daños severos a los miembros de un grupo nacional, con el propósito de destruirlo total o parcialmente.
Daños a la población
El diplomático dijo las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Cuba tienen un grave impacto en la restricción del acceso a medicamentos, alimentos e insumos básicos. Afirmó que no hay familia cubana que no padezca las consecuencias de esta política ilegal.
Destacó que el bloqueo no solo la afecta internamente, sino que constituye un obstáculo directo a su vocación de solidaridad internacional. Se refirió a la “campaña infame y deshonesta” emprendida por Washington para desacreditar y sabotear la cooperación médica cubana, ampliamente reconocida en el mundo por su contribución a la salud pública de otros países.
Asimismo, condenó el recrudecimiento de las medidas en años recientes, incluyendo la activación del Título III de la Ley Helms-Burton y la inclusión de Cuba en la lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo, decisiones que intensifican el cerco financiero y disuaden a terceros países de comerciar con la Isla.
Abrumadora condena al bloqueo
La denuncia cubana se vio respaldada por un concierto de voces en la AGNU, donde numerosos líderes y representantes de bloques regionales reiteraron su condena al bloqueo, sumándose al reclamo que históricamente ha congregado una mayoría abrumadora de votos a favor de la resolución que exige su levantamiento.
Cuba instó a la comunidad internacional a ir más allá del voto. “El reclamo de Cuba es vivir sin bloqueo. Es un derecho. Es hora de que se ponga fin a esta injusticia que viola la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”, concluyó el representante cubano, reafirmando que, pese a las presiones, la isla defenderá su soberanía y su compromiso con la cooperación y la paz global.