
La embajadora venezolana ante el Consejo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Marilyn Di Luca Santaella, intervino en una sesión de ese organismo en representación de un grupo de naciones, incluidas Venezuela, Cuba, Irán, Argelia, Bielorrusia, Sudán y la Federación de Rusia, para denunciar los efectos devastadores de las medidas coercitivas unilaterales (MCU) sobre la seguridad alimentaria global.
El pasado 4 de diciembre, fecha establecida por la ONU como Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales, Di Luca señaló que estas sanciones, impuestas sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, bloquean el acceso a bienes e insumos esenciales como fertilizantes, semillas, medicamentos y repuestos agrícolas.
Afirmó que, en consecuencia, las MCU dañan de forma grave los sistemas agroalimentarios de distintas regiones del mundo. El resultado es una escalada de la inseguridad alimentaria y un aumento del hambre y la desnutrición, que afectan a toda la población, en especial a mujeres, niños y pequeños productores.
Citó evidencia científica que vincula estas medidas con muertes en el Sur global y con el incremento de la mortalidad infantil en algunos de los países sancionados.
La embajadora Di Luca hizo un llamado a defender el derecho internacional, la cooperación multilateral y el principio universal de que ningún pueblo puede ser privado de su derecho a vivir, alimentarse y desarrollarse dignamente. Asimismo, enfatizó que la alimentación y la salud no deben ser usados como instrumentos de presión para imponer ventajas económicas e intereses geopolíticos de los centros de poder occidentales.

