El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, denunció durante su intervención en la 89 Reunión Plenaria de la ONU la aplicación de medidas coercitivas unilaterales (MCU) como política de control geopolítico contra más de 30 países, y su impacto en naciones vulnerable como Zimbabue, Cuba y Venezuela.
El diplomático, en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, hizo un llamado a la comunidad internacional e instituciones financieras a abstenerse de reconocer, aplicar o cumplir de facto sanciones unilaterales, a fin de evitar promover mecanismos de coerción política y económica que violenten los derechos humanos.
Las MCU, además de crear y profundizar las condiciones para la pobreza y la desigualdad, constituyen claramente un crimen de lesa humanidad y violaciones en masa de los derechos humanos, señaló el canciller Gil. “Las medidas coercitivas unilaterales, lo veamos o no, nos afectan a todos por igual, sea directa o indirectamente. En las naciones sujetas a ellas, repercuten negativamente en el disfrute y la plena realización de los derechos humanos, incluidos el derecho al desarrollo, el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y el bienestar, y su derecho a la alimentación, la atención médica, la educación y los servicios sociales necesarios” agregó.
Cese a la política criminal
Gil solicitó reconocer las consecuencias negativas de esta vil estrategia política, al tiempo que exigió el cese inmediato de la aplicación de sanciones que afectan a 30 países. “Tenemos la tarea histórica de construir juntos y hacer realidad ese nuevo y posible mundo de paz y desarrollo para todos. Esa es nuestra responsabilidad para con las generaciones presentes y futuras, de las que tanto se habla hoy en día”.
El canciller reiteró el compromiso de Venezuela “para preservar, promover y defender la prevalencia y la vigencia de la Carta de las ONU”, para lo cual es necesario el levantamiento total e inmediato de todas las sanciones en el mundo.