Recuerdo cuando decidí venirme a la Academia Militar a probar suerte en la vida, porque quería ser pelotero profesional (…) Y me vine a Caracas a buscar a Chicho Romero, un tío político que estuvo casado muchos años con una 34 Cuentos del Arañero tía mía, hermana de mamá (…) Al día siguiente Chicho me llevó a la Academia Militar y presenté mi examen. ¿Sabes a quién conocí ese día? A Héctor Benítez, que es para mí un padre. Siempre lo veo, estuvo en Cuba en el juego que hicimos. Héctor fue, precisamente, quien me anotó en una lista ese otro día que Chicho me lleva porque yo tenía una materia reprobada en quinto año. (…) Saqué nueve en el examen final, así que en la Academia no aceptaban con materia raspada. Pero nos probaron en el beisbol. Héctor Benítez era coach de bateo del equipo de la Academia. Yo tuve suerte. Me lanzaron tres rectas pegadas y metí tres líneas hacia la banda derecha. Recuerdo que Héctor Benítez dijo: “Anoten ese zurdo”. Anotaron al zurdo Hugo Chávez y por eso entré yo a la Academia Militar de manera temporal, mientras reparaba la materia.
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