
Al intervenir en el Foro sobre la Cooperación Sur-Sur del Decimosexto Período de sesiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo, aseveró que las medidas coercitivas unilaterales “son un fenómeno que condiciona drásticamente el comercio entre empresas, naciones y pueblos del Sur”.
Castillo hizo un recuento de la historia de la cooperación entre las naciones del Sur, precisando que tras la Segunda Guerra Mundial cobraron fuerza mecanismos de cooperación interregional para promover el comercio justo, el desarrollo soberano y la cooperación mutua para mejorar la vida de los pueblos.
Dijo que estas iniciativas han sido frenadas por el carácter inequitativo de las relaciones comerciales entre Norte y Sur, la cual ha perdurado durante varios siglos y constituye el principal factor de la disparidad global en términos de comercio y desarrollo económico.
“Hoy nos separa una brecha cultural que no hace más que profundizarse. La brecha digital, la brecha tecnológica y, por lo tanto, el comercio y la cooperación complementarios y equilibrados entre los países del Sur son más necesarios que nunca, especialmente en medio de las profundas transformaciones de la economía global”, señaló el viceministro venezolano.
Añadió que las sanciones unilaterales que hoy pesan sobre más de 30 países no solo vulneran la soberanía y buscan destruir la economía de los Estados sancionados, sino que además tienen un efecto perjudicial en la economía y el comercio de regiones enteras, que se proyecta a todo el sistema económico mundial.
El ejemplo de Petrocaribe
Castillo ejemplificó cómo las sanciones afectan gravemente la cooperación entre naciones del Sur con el caso de Petrocaribe.
Explicó que este mecanismo fue creado con el objetivo garantizar la seguridad energética de los países del Caribe y de Centroamérica, mediante el suministro de hidrocarburos en condiciones preferenciales.
Petrocaribe combinó financiamiento a largo plazo y con bajos intereses para la compra de petróleo con opciones de pago en especie, como alimentos. De este modo, estabilizó los precios regionales de la energía, incrementó la intermediación al reducir costos y promovió la creación de infraestructura logística para el almacenamiento, la refinación y la distribución de petróleo en la región caribeña.
Dieciocho países se beneficiaron de este innovador mecanismo de integración y cooperación Sur-Sur. PetroCaribe transformó la realidad energética de la región hasta finales de 2018. “Hoy, en lugar de barcos con petróleo y alimentos, buques de guerra cargados de bombas y misiles navegan por el Caribe. Y esto amenaza no solo la paz, el comercio, la integración y el transporte marítimo”, apuntó Castillo.
La imposición de sanciones a la industria petrolera venezolana llegó a provocar una caída de 87% en la producción petrolera en siete años y redujeron los ingresos de divisas del país en más del 90%.
Castillo destacó que la imposibilidad de acceder a los mercados financieros, el despojo de los activos externos más importantes de PDVSA, la imposibilidad de comerciar petróleo libremente, las sanciones a 39 buques de la flota petrolera venezolana, entre otros factores adversos, redujeron drásticamente el flujo de hidrocarburos de Venezuela al Caribe y al mundo. Ello determinó que Petrocaribe, “el proyecto de cooperación Sur-Sur más exitoso de la historia del continente americano” no haya podido evolucionar según lo previsto.
“Las sanciones unilaterales tienen un efecto devastador no solo en los países a los que se imponen, sino también en sus socios comerciales, empresas o naciones, y en los mercados globales. Cuando se sanciona a productores de energía como Rusia o Venezuela, a un productor de fertilizantes tan importante como Bielorrusia, o a un productor de tecnología como China, millones de personas del Sur se ven afectadas, y también millones de personas en todo el mundo”, dijo el viceministro.
Resaltó que, en el contexto de esa lucha económica y geopolítica, el surgimiento del mundo multipolar y pluricéntrico ofrece cauces y opciones en la búsqueda de una cooperación más efectiva entre las naciones del Sur global.
“La cooperación comercial y económica del Sur debe aprovechar la nueva arquitectura financiera que está creando el BRICS, integrarse en los nuevos mecanismos de pago descarbonizados, promover el comercio compensado y aprovechar nuevas rutas logísticas y comerciales para impulsar el comercio desde el Sur, integrándolo en su totalidad. Hoy en día, la cooperación Sur-Sur está creciendo fuera de las organizaciones multilaterales”, aseveró.
Desafíos de la cooperación Sur-Sur
En el foro también participaron representantes de Argelia, Cuba e Indonesia, junto con expertos de la UNCTAD. La agenda de temas incluyó los aportes y logros de la cooperación Sur-Sur en las últimas décadas; el rol de los países del Sur en la definición de un paradigma de desarrollo global equitativo, sostenible y resiliente; la búsqueda del fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur, y su transformación en el Sur global.
La brecha tecnológica, el cambio climático, seguridad, solidaridad, cooperación práctica e identificación de sectores estratégicos se mencionaron entre los desafíos y metas que tienen ante sí las naciones del Sur en el presente.