La jornada inicial de la XV Reunión Cumbre del BRICS, bloque de países integrado por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, sirvió para que los representantes de esas naciones resaltaran la fortaleza económica de este esquema económico, que hoy representa el principal vértice de una economía mundial en transformación, con un marcado acento en la multipolaridad y en la búsqueda de complementariedad entre las economías emergentes a escala global.
Los temas principales del cónclave se centran en la expansión del BRICS, la creación de una moneda común que favorezca el multilateralismo inclusivo y la ampliación del esquema de cooperación e intercambio económico entre diferentes regiones del planeta.
Ya son 23 los países que han solicitado formalmente adherirse al BRICS: Argelia, Argentina, Bangladesh, Bahréin, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Egipto, Etiopía, Honduras, Indonesia, Irán, Kazajstán, Kuwait, Marruecos, Nigeria, Palestina, Arabia Saudita, Senegal, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Vietnam. Se calcula que, en total, unas 40 naciones aspiran a sumarse al bloque en el corto y el mediano plazos.
Actualmente, el BRICS representa el 43 % de la población mundial y 22 % del territorio del planeta, así como 31,5 % del producto interno bruto (PIB).
La Cumbre de los BRICS en Suráfrica marca un hito en la transformación de la geopolítica y la economía mundial. En 1999, Chávez lo dijo: "El mundo del siglo XXI no será, afortunadamente, unipolar o bipolar, será pluripolar."
— William Castillo Bollé (@planwac) August 22, 2023
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Un solo bloque, múltiples voces
El presidente de Sudáfrica –país anfitrión de la cita–, Cyril Ramaphosa, afirmó al instalar la reunión que “los cambios que han tenido lugar en las economías del BRICS durante la última década han contribuido en gran medida a transformar la forma de la economía global”. Añadió que el grupo “existe no sólo para fortalecer las relaciones entre gobiernos, sino también para forjar vínculos más fuertes entre los pueblos de nuestras cinco naciones”.
Por su parte, el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió la creación de una moneda “de referencia” del bloque dentro de una “mayor integración financiera”. Lula planteó, una vez más, “la adopción de una unidad de cuenta de referencia para el comercio entre los países BRICS, que no sustituirá a nuestras monedas nacionales”, y se mostró a favor de “diversificar las fuentes de pago en monedas locales”.
Destacó asimismo el rol que desempeña el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), establecido por el grupo en 2015, que actualmente es presidido por la exmandataria brasileña Dilma Rousseff. Considera Lula da Silva que, dentro de un escenario multilateral, “el BRICS destaca por ser una fuerza a favor de un comercio global más justo, predecible y equitativo”.
El ministro de Comercio Exterior de China, Wang Wentao, quien intervino en la Sesión de Líderes en representación del presidente Xi Jinping, expresó la intención de su país de abonar el terreno para la incorporación de otros países y regiones al bloque económico. “Forjaremos asociaciones estratégicas y expandiremos un modelo BRICS-plus. Avanzaremos activamente en la expansión de la membresía, profundizaremos la solidaridad y la cooperación con otros mercados emergentes y países en desarrollo”, afirmó Wentao.
En la referida Sesión de Líderes también tomó la palabra el primer ministro indio, Narendra Modi, quien destacó la robustez económica de su país dentro del grupo y afirmó que la India está llamada a ser “el motor de crecimiento económico mundial”.
Agenda transformadora
En las sucesivas sesiones de la cumbre, que se desarrollarán el 23 y el 24 de agosto, los integrantes del BRICS evaluarán una agenda temática que prioriza en la ya referida ampliación del bloque, la desdolarización de la economía y la promoción del multilateralismo.
La presión para “desdolarizar” el comercio mundial ha aumentado entre las naciones BRICS desde el inicio de la guerra en Ucrania, que llevó a sanciones occidentales paralizantes contra Rusia habilitadas por la influencia del dólar. En abril pasado, el presidente Lula da Silva instó al grupo a crear una alternativa viable al dólar, aprovechando el peso conjunto de sus economías.
“¿Por qué no podríamos hacer comercio basado en nuestras propias monedas?”, expresó durante un viaje oficial a China en abril. “¿Quién decidió que el dólar debería ser la moneda de referencia después de la eliminación del patrón oro?”, afirmó el mandatario brasileño en esa ocasión.
En julio pasado, durante su participación en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), la vicepresidenta ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez Gómez, expresó que el mundo está dando “un paso histórico transcendental de la economía hegemónica a la economía diversificada, entre polos distintos, divergentes, que van a tener una nueva configuración”. Añadió Rodríguez en esa oportunidad, en referencia a la evolución del BRICS y a la intención de Venezuela de sumarse a este bloque, que actualmente se perfila “una nueva economía, que busca un mecanismo financiero distinto para sus relaciones comerciales, que busca nuevas formas de transacción que sustituyan la hegemonía del dólar”.
Se espera que, en lo que resta de la cumbre, los líderes aborden prioritariamente asuntos relacionados con la geopolítica global, el comercio y el desarrollo de infraestructura. Temas medulares en momentos en que el sistema mundial enfrenta incertidumbres derivadas de factores como la guerra entre Rusia y Ucrania, la desaceleración económico-productiva y la necesidad de una mayor cooperación entre las economías emergentes.
La Cumbre de Johannesburgo concentra la atención del planeta, pues muchos creen previsible que marque un precedente de gran relevancia, en un mundo caracterizado por equilibrios geopolíticos en continua redefinición.
Con información de Telesur, AVN, France 24 y datos del Banco Mundial