En el recién concluido IX Encuentro del Grupo de Puebla, que tuvo lugar en el estado homónimo, en México, más de 140 líderes y representantes de más de 20 países latinoamericanos y caribeños expresaron su rechazo a las medidas coercitivas unilaterales y demás formas de chantaje y presión sobre países de la región, impulsadas principalmente por Estados Unidos.
Presentada bajo el lema “En unión avanzamos”, la declaración de cierre señala que “Las medidas coercitivas y unilaterales contra Venezuela y Cuba (…) no solamente violan la carta de los derechos humanos, sino que significan una declaración de guerra y actos subsecuentes que golpean a los más vulnerables”.
El problema representado por las sanciones unilaterales fue jerarquizado entre los más riesgosos y acuciantes para la región, junto con la necesidad de promover una nueva arquitectura financiera tanto global como regional, la adopción de un modelo solidario de desarrollo que se contraponga al esquema neoliberal y la definición de acciones de política concertada que permitan mitigar los graves efectos generados por el cambio climático.
Otro punto relevante de la declaración final es el referido a la urgencia de profundizar la integración regional, “para defender la autonomía, la dignidad y la seguridad material de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe”, destacando en este sentido la reactivación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el rol desempeñado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El Grupo de Puebla, que congrega a organizaciones y líderes progresistas de la región, se fundó en 2019 en la ciudad mexicana del mismo nombre. Es un espacio de reflexión e intercambio político que trabaja por el desarrollo integral de los pueblos latinoamericanos y caribeños, analizando sus desafíos comunes y promoviendo iniciativas conjuntas que reivindican la soberanía, la democracia y el desarrollo social.
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