
El bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos mantiene contra Cuba ha generado un impacto devastador, con daños económicos que, solo entre marzo de 2024 y febrero de 2025, se estiman en 7.556 millones de dólares.
El informe anual presentado por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla indica que esta cifra representa un incremento del 50 % en comparación con los resultados del informe anterior. Durante más de seis décadas, el daño acumulado supera los 2,1 billones de dólares, cifra que refleja la magnitud histórica de la política sancionatoria contra la isla caribeña.
El costo humano del bloqueo es incalculable para la sociedad cubana. Más del 80 % de los ciudadanos de la isla han nacido bajo la influencia directa de estas restricciones, lo que genera un impacto generacional y una crisis social permanente. Se trata de una “guerra no declarada”, que afecta cada aspecto de la vida, desde la salud hasta la alimentación, creando un sufrimiento que podría ser evitable.
Crimen de lesa humanidad
El informe detalla cómo el bloqueo impacta directamente en sectores críticos como la energía y la infraestructura. Por ejemplo, el costo económico de 60 días de bloqueo ($1.600 millones) equivale al combustible necesario para generar electricidad en todo el país durante un año completo. Además, los fondos perdidos en solo 12 días ($250 millones) serían suficientes para cubrir el mantenimiento anual de todo el sistema eléctrico nacional, mientras que un mes de bloqueo ($600 millones) podría financiar un plan nacional de inversión en energía solar para generar 1.015 megavatios.
Las consecuencias del bloqueo también se manifiestan en el suministro de bienes esenciales como medicinas y alimentos. La presentación del canciller cubano muestra estos efectos de forma dramática: el valor económico del bloqueo durante solo 16 días ($339 millones) es comparable al presupuesto para la compra de todos los medicamentos del cuadro básico nacional para un año.
La situación es aún más alarmante en el ámbito de la salud, donde 14 horas de bloqueo ($12 millones) equivalen al costo anual de insulina para todos los diabéticos cubanos.
Política exterior terrorista
La política de EE.UU. hacia Cuba también ha obstaculizado la obtención de equipos y asistencia técnica. Un ejemplo es el caso de la central termoeléctrica de Cienfuegos, que no pudo recibir la asistencia técnica necesaria debido a que sus equipos contenían más del 10 % de componentes estadounidenses, lo que viola las regulaciones del bloqueo. Esta restricción afecta desde el mantenimiento de infraestructuras vitales hasta la adquisición de medicamentos específicos y alimentos para niños con enfermedades genéticas, lo que agrava la crisis de la salud pública.
El Gobierno cubano considera esta política como una medida terrorista que vulnera derechos humanos básicos de su población. Las cifras presentadas en el informe, como la pérdida de $280.000 en 19 minutos que equivalen a las sillas de ruedas para todas las escuelas de educación especial.
Esta situación contrasta con las acusaciones de Estados Unidos hacia otros países sobre “violaciones” y “terrorismo”, lo que subraya la doble moral percibida en su política exterior. La persistencia de este embargo por más de 60 años sigue siendo un tema central en las relaciones internacionales y en la vida de los cubanos.
Con información de ALBA-TCP