Alena Douhan, relatora especial de las Naciones Unidas, pidió al gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) permitirle a Venezuela adquirir repuestos de microscopios vitales para el diagnóstico de enfermedades e instó a Washington a que levante las sanciones, que son “legalmente dudosas según el derecho internacional”.
En el comunicado publicado en la página oficial de la ONU, la relatora especial sobre el Impacto Negativo de las Medidas Coercitivas Unilaterales en el Disfrute de los Derechos Humanos, informa que la importación de esas piezas facilitará los procesos de investigación médica, utilizados de forma rutinaria en el diagnóstico de enfermedades. Aseguró que las MCU impuestas a la nación suramericana violan el derecho a la salud y la vida.
Señaló que han pasado aproximadamente cuatro años desde que las instituciones venezolanas solicitaron los repuestos a Thermo Fisher Scientific, empresa estadounidense y hasta la fecha no existe respuesta, debido a las medidas ilegales impuestas por la Casa Blanca y países cómplices contra Venezuela.
“De 14 microscopios electrónicos en Venezuela fabricados por una unidad de la empresa estadounidense Thermo Fisher Scientific que hay en el país, solo tres están funcionando”, señaló Douhan. Añadió que “la empresa no ha podido obtener el permiso del gobierno estadounidense para exportar las piezas necesarias”.
La funcionaria de la ONU expresó que “el gobierno de los EE.UU. tiene la obligación, en atención al derecho internacional y los derechos humanos, de no dañar la capacidad de los médicos venezolanos para diagnosticar enfermedades correctamente. Sin diagnósticos y tratamientos precisos, las personas pueden morir”.
Las MCU violan los derechos fundamentales
La relatora afirmó que existe una obligación legal que ordena el respeto universal de los derechos humanos. “Estados Unidos también tiene la obligación moral con el pueblo venezolano de no privarlo de sus derechos humanos básicos”.
“La legislación internacional protege el derecho de las personas en todas partes a beneficiarse del progreso científico, pero esto no puede suceder cuando a los científicos se les impide continuar con sus investigaciones”, dijo la experta.
Señaló que los microscopios están protegidos por el Acuerdo de Florencia, tratado internacional que compromete a los países signatarios, incluido EE. UU., para facilitar el comercio de productos científicos.
Comentó el impacto negativo que han tenido las sanciones en los derechos humanos y la calidad de vida de los venezolanos, quienes tienen derecho a disfrutar “del más alto nivel posible de salud física y mental”, así como “a realizar investigaciones científicas y beneficiarse de sus resultados”.