
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) rechazó la decisión de la Unión Europea (UE) de prorrogar por un año más las medidas coercitivas impuestas contra funcionarios e instituciones del Estado nicaragüense.
El bloque de integración latinoamericano no dudó en acusar a la UE de vulnerar la soberanía de Nicaragua y de afectar directamente a su población mediante la aplicación de estas medidas.
La postura de la ALBA-TCP fue comunicada oficialmente el 30 de septiembre por su secretario ejecutivo, Rander Peña. En un comunicado, los países miembros de la alianza expresan que la extensión de las sanciones constituye una medida unilateral que contraviene abiertamente el derecho internacional y causa un perjuicio directo al pueblo nicaragüense.
Estas acciones, aseguran, representan una clara injerencia en los asuntos internos del país centroamericano, que limita su capacidad para diseñar y ejecutar políticas propias de desarrollo social, político y económico.
La organización regional no solo manifestó su condena, sino que también reiteró su respaldo incondicional al Gobierno de Nicaragua y a los funcionarios afectados por estas restricciones.
Estrategia de presión externa
La declaración añade que estas medidas reproducen prácticas propias de épocas coloniales y están diseñadas para ejercer presión sobre Gobiernos que optan por modelos de gestión independientes frente a los intereses de potencias extranjeras. Destaca el comunicado que estas restricciones no son meramente un castigo a individuos, sino que tienen consecuencias directas sobre la ciudadanía, al obstaculizar la capacidad del Estado para garantizar servicios y políticas públicas esenciales.
Alba-TCP advirtió además de que las sanciones forman parte de una estrategia más amplia de presión externa, que incluye la mención de la presencia militar de EE.UU. en zonas del Caribe. El organismo señala que estos hechos no deben verse como sucesos aislados, sino como elementos de una agenda política dirigida a debilitar a las naciones que defienden su autodeterminación. En este contexto, subraya que la dignidad del pueblo nicaragüense está siendo atacada y trae a colación la figura histórica de Augusto César Sandino como símbolo perenne de la resistencia nacional.
Por último, ALBA-TCP reafirmó su compromiso con la integración regional y con la defensa del principio de autodeterminación de los pueblos de América Latina y el Caribe, destacando que la unidad de las naciones es indispensable para proteger la soberanía, mantener la paz y avanzar hacia la verdadera independencia regional.
Con información de TeleSUR