
Con la imposición de sanciones al presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, al ministro del Interior y a otros dos ciudadanos de ese país por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, se elevó a 31 el número de países objeto de medidas coercitivas unilaterales a escala mundial.
El presidente colombiano, su esposa Verónica Alcocer, su hijo Nicolás Petro y el ministro Armando Benedetti fueron incluidos en la Lista de Nacionales Especialmente Designados (SDN, por sus siglas en inglés) de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). La inclusión obedece a los señalamientos emitidos por el mandatario estadounidense, Donald Trump, quien acusó a Petro de fomentar la producción masiva de drogas al no adoptar medidas para detenerla.
Petro destacó lo irónico de la medida: “Luchar contra el narcotráfico durante décadas y con eficacia me trae esta medida del gobierno de la sociedad que tanto ayudamos para detener su consumo de cocaína”, dijo.
Estas medidas unilaterales se producen en el contexto de los recientes ataques militares de Estados Unidos contra embarcaciones civiles en el Caribe y el Pacífico, que el presidente colombiano denunció como ejecuciones extrajudiciales, abiertamente violatorias del derecho internacional. La Administración Trump amenazó también con elevar los aranceles y suspender el financiamiento de todos los programas estadounidenses en Colombia.
Las consecuencias de estas medidas incluyen el bloqueo de los bienes que estas personas posean dentro de la jurisdicción de los Estados Unidos, así como la prohibición de que ciudadanos o instituciones de este país realicen transacciones financieras o comerciales que involucren a los sancionados.
Petro: “El motivo es político”
El presidente colombiano afirmó que la decisión “no es solo un profundo acto de grosería, sino un insulto a la nación colombiana, una humillación”.
Aseguró que las medidas obedecen a motivaciones políticas y fueron instigadas por el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y por figuras políticas colombianas con presuntos nexos con el narcotráfico.
El mandatario también vinculó las sanciones con el fracaso de la Cumbre de las Américas, suspendida debido a “profundas divergencias” entre los países del hemisferio, que se ven reforzadas por la actual amenaza militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico.
Aunque su visa fue revocada, Petro manifestó que no se dejará intimidar y añadió que, como jefe de Estado, ejercerá el derecho de representar a su país en cualquier escenario internacional.
“Colombia va a ser, desde el primero de enero próximo, miembro del Consejo de Seguridad. Tendré el placer de volver a Nueva York, aunque el Gobierno federal no quiera recibirme allí”, aseveró.

