
El foro “Impacto de las Medidas Económicas, Financieras y Comerciales en la Seguridad Alimentaria de los Pueblos” efectuado en Roma en el marco del 44º Período de Sesiones de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la Alimentación (FAO), reunió a representantes de Venezuela, Cuba, Rusia, Bielorrusia y Malí para denunciar cómo las medidas coercitivas unilaterales (MCU) constituyen una seria amenaza al derecho de los pueblos a la alimentación y un obstáculo al desarrollo global.
En representación de la República Bolivariana de Venezuela, participó en el coloquio la delegación integrada por la embajadora de Venezuela ante la FAO, Marilyn Di Lucca; el viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo; el viceministro de Economía Comunal, Saúl Osío, y Johander Pineda, integrante de la Comuna Socialista El Maizal
El viceministro Castillo fue el vocero de la representación venezolana y en su intervención aseveró que “las sanciones económicas son un ataque directo a la seguridad alimentaria global”.
Recordó asimismo que 30 países en cuatro continentes, que representan el 72 % del territorio del planeta, están bajo sanciones, por lo que enfrentan obstáculos artificiales para garantizar la alimentación de sus poblaciones.
Castillo afirmó que las MCU actúan como “armas geopolíticas que, al bloquear finanzas públicas y la industria petrolera, buscan estrangular la inversión social”, que en Venezuela representa el 78 % del presupuesto nacional. Destaco, sin embargo, que, a pesar de estas adversidades, el pueblo venezolano, en unión nacional, ha resistido de forma victoriosa las 1039 sanciones que pesan sobre el país.
Señaló que tal logro ha sido posible gracias a las políticas de Estado basadas en alianzas con pequeños campesinos, crecimiento de la producción local, ejecución del programa de alimentación CLAP —que beneficia a más de 7 millones de familias— y cooperación con el sector privado.
Cuba: más de 6 décadas de ataque incesante
Por su parte, el representante de Cuba, Rodolfo Rodríguez, abogó por el cese de las MCU, calificándolas de “crimen contra la humanidad”. Denunció los efectos negativos de los bloqueos económicos en el acceso a insumos, tecnología y mercados internacionales, y reivindicó la alimentación como derecho humano fundamental. Enfatizó también la importancia de la cooperación Sur-Sur, la adaptación y mitigación del cambio climático, la lucha contra el desperdicio de alimentos y el fortalecimiento del multilateralismo para afrontar los desafíos alimentarios globales.
Rusia: Sanciones violan el derecho a la alimentación
Dilyara Ravilova, representante permanente alterna de la Federación de Rusia ante los organismos de Naciones Unidas en Roma, compartió la experiencia de su país en el logro la autosuficiencia alimentaria. Señaló que, no obstante las dificultades, Rusia se ha consolidado como líder exportador de alimentos a escala mundial. Denunció que el sistema financiero internacional bloquea las contribuciones rusas al Programa Mundial de Alimentos (PMA), y que las sanciones incrementan drásticamente los costos de transporte y asistencia. Citó como ejemplo el encarecimiento de 20 % en el precio del combustible. Asimismo, alertó sobre el aumento de enfermedades transfronterizas en animales, debido a la imposibilidad de enviar vacunas. Afirmó que las MCU violan todos los principios del derecho a la alimentación.
La vocera de Rusia concluyó su intervención apoyando las posturas de Venezuela y Cuba, e hizo un llamado a detener la “destrucción de nuestro bienestar colectivo” y a mantener debates abiertos, para garantizar que la seguridad alimentaria no se vea impactada por consideraciones políticas.
Bielorrusia: MCU limitan producción alimentaria global
Kiryl Piatrouski, representante de Bielorrusia, cuestionó la falta de valentía para nombrar a los países que imponen sanciones. Esta nación eslava, un importante exportador de patatas y lácteos, también sufre el impacto de las MCU, que obligan a los países en desarrollo a pagar mucho más caro por productos esenciales.
Piatrouski criticó la ineficacia de las discusiones en la FAO para lograr cambios reales, al tiempo que urgió a hablar “con total honestidad del problema” de las sanciones, preguntándose cuántos millones de personas más tendrán que sufrir hambre antes de que la comunidad internacional se aboque a atender esta situación.
Malí: Afectan el aparato productivo mundial
Finalmente, Abadou Baba Maiga, vocero de la delegación de Malí, se refirió a los graves desafíos que enfrentan los países africanos, incluyendo limitaciones climáticas, incursiones armadas y recortes presupuestarios en el apoyo internacional del PMA.
Este país africano, que cuenta con un enorme potencial agrícola, también es objeto de sanciones económicas, que lo han obligado a desarrollar estrategias para eludir estas medidas con el apoyo de socios. El representante maliense hizo un llamado a la cooperación mutuamente beneficiosa, para aprovechar su potencial en el sector agropecuario.
El foro sirvió como tribuna para denunciar la aplicación de medidas coercitivas unilaterales como mecanismo de control que afecta la alimentación de los pueblos, y para mostrar cómo estas naciones han trabajado para hacer frente a estas agresiones.