Este miércoles se llevó a cabo en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la votación del Proyecto de Resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos (EE. UU.) contra Cuba”, el cual fue aprobado con 187 votos a favor, una abstención y dos votos en contra.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, al intervenir ante el foro mundial, denunció que el bloqueo contra su país constituye una cruenta guerra económica y financiera, una violación masiva flagrante y sistemática del ordenamiento legal internacional y el esquema de medidas coercitivas unilaterales más abarcador que se ha aplicado a lo largo de la historia. “Dejen a Cuba vivir en paz”, demandó Rodríguez Parrilla, quien minutos después sometió a votación la propuesta, que aglutinó la aplastante mayoría de votos.
Una guerra que escala diariamente
La generación eléctrica en la isla caribeña es altamente dependiente del uso de combustibles importados. Por ello, EE.UU. aplica una política de máxima presión, violatoria del derecho internacional y dirigida a privar a cuba del suministro de combustible por terceros países. Esta una de las causas primarias del fallo del sistema eléctrico: la carencia de combustible, que afectó la generación eléctrica y provocó la inestabilidad del sistema, ambas consecuencias de la guerra económica intensificada por el gobierno estadounidense desde 2019.
El daño a la economía cubana es cada día mayor, por lo que el canciller de Cuba enfatizó que sanciones tienen un Impacto devastador sobre el bienestar de la población. “Lo que es extraordinario es el empeño deliberado de EE.UU. en asfixiar la economía para impedir nuestro crecimiento y desarrollo”. Dijo que ningún país podría encarar ileso una agresión tan brutal y asimétrica, aun teniendo una economía más robusta.
“Las MCU no están autorizadas por Naciones Unidas”
Durante los debates correspondientes a este miércoles, Rodríguez Parrilla afirmó que esa política de máxima presión, que incluye sanciones e intimidación contra productores, transportadores y aseguradores, es claramente violatoria del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, al tiempo que la calificó como delito de genocidio.
En numerosas declaraciones, los representantes de Cuba han hecho un llamado al gobierno de EE. UU. a ir a una mesa de negociaciones para forjar una nueva relación basada en la tolerancia y el respeto. No obstante, lo que es inusual y extraordinario es el empeño deliberado de EE. UU, de asfixiar la economía cubana y poner obstáculos para impedir el crecimiento económico y el desarrollo de la isla… “Nadie puede dudar de la capacidad que tiene EE. UU. para golpear con fuerza demoledora la economía de cualquier país del mundo”, señaló el canciller cubano.