La Relatora Especial de las Naciones Unidas, Alena Douhan, manifestó la necesidad de crear una base de datos y una red académica antibloqueo a nivel internacional que permita fortalecer las investigaciones sobre el impacto negativo de las Medidas Coercitivas Unilaterales, así como su ilegalidad en el derecho internacional.
Así lo expresó este miércoles nueve de junio, en la conferencia académica internacional sobre las Medidas Coercitivas Unilaterales, irrespeto del derecho internacional y graves consecuencias humanas, el cual contó con la participación de destacados expertos y especialistas en el tema como el ex experto independiente de las Naciones Unidas, Alfred de Zayas, los doctores Remiro Brotons, el experto venezolano Dr. Carmelo Borrego y el Dr. Richard Falk.
Este foro internacional, organizado conjuntamente entre Venezuela y la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales de Ginebra, fue abierto por el Canciller de la República, Jorge Arreaza, quien destacó la naturaleza ilegal y criminal de las llamadas sanciones contra Venezuela y relató los esfuerzos del país para defenderse de la más grave agresión de su historia.
Señaló el canciller venezolano que las MCU, declaradas ilegales por Naciones Unidas “imposibilitan a los Estados que las sufren el uso de sus recursos. Recursos que deben ser utilizados para comprar alimentos, medicamentos, vacunas y tratamientos contra la pandemia”.
Arreaza recordó que Venezuela tiene 6 mil millones de dólares bloqueados en el exterior debido a las MCU, y la empresa Citgo, con sus refinerías y red de estaciones de servicio en territorio estadounidense, fue confiscada por EEUU, entre otros activos de la República en el extranjero. Puntualizó que los ingresos del país se han reducido 99% desde 2014, cifra que expertos dicen sólo es comparable con un país sometido a una guerra convencional.
Douhan: investigar violaciones al derecho económico habla sobre la doctrina antibloqueo
La Relatora Especial de ONU para el estudio del impacto negativo de las Medidas Coercitivas Unilaterales, Alena Douhan, explicó detalladamente que dentro de estas medidas existen diversos tipos de sanciones en las que se ven involucrados las relaciones comerciales, sociales y políticas directamente con el Estado afectado, razón por la que “es necesario fomentar la conciencia, hacer investigaciones, mostrar evidencia, mostrar cifras, como forma de poder usar el estado de derecho para fomentar un consenso sobre las MCU”.
Insistió en que no se ha ahondado en el impacto de las sanciones en la economía, sobre el derecho al desarrollo y la violación de los acuerdos económicos internacionales como los de la Organización Mundial del Comercio. Abogó por desarrollar una red de investigación académica internacional sobre estos temas antibloqueo.
Por su parte, el profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio Remiro Brotons, aseguró que Estados Unidos ha hecho de las Medidas Coercitivas la herramienta fundamental de su política exterior “para sofocar a los países discrepantes”.
Advirtió que frente al unilateralismo brutal, el poder imperial, ha desarrollado un unilateralismo más peligroso, un unilateralismo de grupo, un poder taimado, como el que practican la OTAN y la OEA, y que constituye una grave amenaza porque practican políticas unilaterales disfrazadas de multilateralismo.
De igual modo, el profesor de Derecho Procesal de la Universidad Central de Venezuela, Carmelo Borrego, aseguró que estas herramientas utilizadas por el Gobierno de Estados Unidos y sus aliados son medidas extorsivas porque no están autorizadas por el Derecho Internacional, “y son antijurídicas en esencia”.
Finalmente Richard Falk profesor, docente emérito de Derecho Internacional de la Universidad de Princeton y ex relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los DDHH en los territorios palestinos ocupados desde 1967, hizo una clara diferenciación entre el derecho internacional hegemónico y el derecho internacional contra hegemónico, para demostrar que el sistema de justicia mundial fue creado para responder a los deseos de los países más poderosos.
Falk precisó que “Estamos lidiando con lo que yo llamo una zona gris del derecho internacional que puede ser manipulado de maneras que reflejan la primacía de la geopolítica (…) El sistema fue diseñado de esa manera, no es que no está funcionando, está funcionando tal y como fue previsto, porque si no el veto no tendría sentido ¿por qué los países más débiles tienen que rendir cuenta mientras que los grandes no? Esta incoherencia fundamental es la que se encuentra en esta zona gris”.
Falk planteó la necesidad de desarrollar una nueva doctrina antibloqueo, un contra doctrina para combatir la imposición de las Medidas Coercitivas Unilaterales y otras medidas extorsivas contra Estados y pueblos del mundo.
Dejando así en evidencia las afectaciones que tiene el Derecho Internacional por la aplicación de sanciones unilaterales, por lo que los expertos hacen el llamado a la evaluación de estas, no solo desde el punto de vista de los derechos humanos, sino en todas las áreas de la legislación internacional.