Fue en Barinas en 1976. Un capitán me decía: “Usted tiene que poner esa grama verde”. Yo era subteniente y le decía: “Mi capitán, pero estamos en verano”. No. “Es que viene la Inspectoría del Ejército y la grama tiene que estar verde, Chávez”. Y unos soldados echándole agua, a aquella grama, que más seca se ponía porque se quemaba con el vapor del llano. Y le decía: “Pero, mi capitán, usted tiene que explicarle al Inspector que venga, que estamos en verano y aquí en verano la cosa se pone seca. Él tiene que entender eso”. “No, eso tiene que estar verde”. ¿Sabe la instrucción que me dio?, pintarlo con spray, pintura verde. ¡Ah!, porque era lo que exigían y el que hacía eso le ponían muy bien. Pero a lo mejor no revisaban la moral del soldado. A lo mejor no le hurgaban el alma para ver cómo estaba la tropa, sino la forma, la apariencia. Ahora las Fuerzas Armadas no son eso. Ahí han cambiado los patrones y procedimientos en función de lo que debe ser la Fuerza Armada: moral mística, voluntad de servicio, trabajo, sacrificio, servicio a la comunidad.
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