Paro petrolero 2002

Las cúpulas de Fedecámaras y la CTV comienzan un “paro cívico nacional”. Junto a la élite de la empresa PDVSA inician el sabotaje de la industria petrolera nacional con miras a derrocar el Gobierno de Hugo Chávez, en un segundo intento de golpe de Estado en el año.

El tanquero de PDV Marina, Pilín León, cargado de gasolina, es fondeado en el Lago de Maracaibo, evitando la salida o entrada de buques. Prueba de la participación de la alta gerencia de PDVSA en el paro.

Doce buques cargueros se suman al sabotaje. Los medios dan cobertura al paro 24 horas. Se paraliza el béisbol, las televisoras interrumpen su programación difundiendo gratuitamente propaganda a favor del paro que llama abiertamente a derrocar al Gobierno.

En la plaza Altamira de Chacao, cuyo Alcalde era entonces Leopoldo López, el paciente psiquiátrico João de Gouveia dispara contra manifestantes antichavistas, como parte del plan golpista, dejando un saldo de tres personas muertas y 28 heridos. El homicida confiesa su participación, acusando a Globovisión de haberlo confundido.

El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez Araque, llama a todos los trabajadores, empleados y gerentes a reincorporarse plenamente a sus labores. Exhorta también al pueblo venezolano a concentrarse a las puertas de las más importantes instalaciones de la industria para evitar los sabotajes.

Los trabajadores recuperan las operaciones en Planta Yagua. Salió la primera gandola con combustible, y se desplegó la batalla en todo el país; en la Costa Oriental del Lago, en el oriente y en el occidente.

Medios privados publican el siguiente titular: “EEUU plantea adelanto de las elecciones”, clara muestra de la injerencia del Gobierno gringo en Venezuela y su apoyo abierto al paro.

Cierran las puertas de la Refinería El Palito y paralizan la producción de gasolina de buena parte del país. El Centro refinador de Paraguaná también se paraliza. Se generan largas colas ante las estaciones de servicio en todo el país.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ordena todas las autoridades y particulares vinculado con PDVSA, el restablecimiento de la actividad económica y funcionamiento de la industria petrolera y sus derivados.

Trabajadores de PDVSA recuperan el tanquero Pilín León, el cual es movilizado, y se abre el paso por el Lago Maracaibo. Muchos jubilados y ex trabajadores se acercan a PDVSA para incorporarse al rescate de la industria.

Debido al abandono del trabajo, es despedido un primer grupo de gerentes de PDVSA. Los participantes del paro continuarían y la cifra alcanzaría un total de 18.756 despedidos.

Carlos Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) amenaza: “Continuaremos el paro cívico activo hasta sus últimas consecuencias, cueste lo que cueste”.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reitera su apoyo al pueblo y al Gobierno Bolivariano de Venezuela por la difícil situación que atraviesa como consecuencia del sabotaje petrolero.

Carlos Ortega abandona el lenguaje agresivo y declara que la salida debe ser “pacífica, democrática y constitucional” (…) desesperado suelta su famosa frase “El paro se nos fue de las manos”. Días después se asila en la embajada de Costa Rica.

PDVSA anuncia normalización de los embarques de petróleo a la Refinería Citgo en los Estados Unidos.

La Coordinadora Democrática anuncia la flexibilización del paro, pero el Gobierno ya ha recobrado el control total de la industria. Fueron 62 días de paro liderado por la nómina mayor de PDVSA, Fedecámaras y la CTV. Ninguno de los convocantes se hizo responsable. Nadie la dio por terminada.

Desde la Refinería El Palito, el presidente Hugo Chávez declara, en el programa Aló, Presidente: “Hemos derrotado el golpe petrolero, fascista, terrorista”.